Imaginemos la siguiente escena. 15.30 de la tarde de un día de noviembre, ya estamos en horario de invierno, es un día nublado. Hoy toca explicar el PERT o un ejercicio de supuestos contables. Entras en el aula y empiezas a exponer los fundamentos teóricos pertinentes. Dado tu entusiasmo, los bonitos colores de tu powerpoint y tu conocimiento de la materia consigues capturar la atención de la mayoría de los estudiantes, pero la batalla es difícil. Siempre hay bajas, a las 16.00 es inevitable algún bostezo y si es un viernes y los chicos salieron el jueves es posible que alguno tenga directamente los ojos cerrados. No expliques demasiado fuerte, tampoco queremos molestar.
Llevemos ahora la mente a otro escenario. Imaginemos, incluso en las mismas condiciones horarias, atmosféricas y estacionales que en el caso anterior, a unos adolescentes jugando al último videojuego. Me da casi igual su mecánica o temática. O a unos chiquillos de diez años jugando al balón en una plaza. Aquí todo es concentración, entusiasmo, compromiso, pasión, intensidad, participación, diversión.
No hay docente que no haya soñado con conseguir la actitud de las segundas escenas en el escenario de la primera. ¿cuál es la diferencia? Quizá esté en la palabra juego. Somos homo ludens (aunque ni siquiera eso nos hace especiales, también juegan otras especies). Desde hace tiempo existen diversas corrientes que tratan de adoptar el juego en situaciones tanto formativas como de desempeño profesional, y conseguir de esta forma incrementar la motivación, la implicación, el esfuerzo y todas las actitudes que se obtienen de forma natural en las actividades lúdicas.
Hay varias formas de tratar de conseguir este “engagement” (y perdón por el anglicismo) en el aula. Una de ellas, con larga trayectoria en el área de economía, consiste en implicar al alumno como sujeto experimental en una dinámica social que sirva para ilustrar, por ejemplo, un determinado fenómeno económico. Pero aparte de ella, y especialmente en los últimos años, otras dos técnicas están recibiendo muchísima atención: los “serious games” y la gamificación. Los serious games son dinámicas de juego completas creadas de forma específica para cumplir con determinados objetivos, por ejemplo, docentes. La idea es crear juegos que a través de su desarrollo enseñen conceptos o competencias (pensar de forma racional, colaborativa, estratégica). La gamificación, por el contrario, parte de actividades profesionales o formativas ya existentes a las que se añaden elementos propios de las mecánicas típicas de los juegos: misiones, recompensas, puntos, rankings, etc. Conocer estos recursos didácticos y aplicarlos de forma efectiva puede ayudar a mejorar la motivación en el aula.
En esta entrada queremos compartir un valioso recurso para todos los docentes relacionados con las áreas de la Ingeniería de Organización y Organización de Empresas y con interés en incorporar estos elementos en su actividad. Se trata de repositorio y buscador que recoge juegos en el aula relevantes para la docencia en estas materias. Esta base de datos se ha creado en el seno del grupo INSISOC mediante un trabajo fin de grado titulado “Buscador de juegos en Ingeniería de Organización. Una aplicación para la gamificación en Dirección de Proyectos” desarrollado por Lorenzo Borreguero Cortón y dirigido por Adolfo López-Paredes, de la Universidad de Valladolid.
La página web para acceder al recurso se encuentra en:
La página ofrece información sobre algunos conceptos de gamificación, y un buscador para obtener los diferentes juegos de interés. Actualmente están indexados más de 140 juegos. Los juegos se pueden buscar por nombre, asignatura relacionada e idioma y los resultados de la búsqueda ofrecen la url donde obtener el juego, su descripción e instrucciones y una breve descripción. Mi recomendación para explorar el repositorio es introducir en el campo de búsqueda las palabras “inglés” o ”español” y así obtener un listado completo de los juegos que están incluidos en la base de datos. El repositorio es bastante completo y ofrece dinámicas tanto para dirección de proyectos, como el título del TFG sugiere, pero también para otras muchas otras asignaturas como dirección estratégica, diseño de sistemas productivos y otras.
Enseña lo mejor que puedas, y si puede ser jugando, miel sobre hojuelas 😉