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ENSAYOS DE ACTIVIDAD IN VITRO
La actividad antimicrobiana de sustancias activas, cepas microbianas o extractos naturales se puede evaluar contra diversos patógenos de plantas bacterianos (incluidos patógenos de cuarentena como Xylella fastidiosa) y fúngicos. Se pueden realizar diferentes tipologías de ensayo, basadas en la inhibición del crecimiento (incorporación de agar o ensayos en medio líquido), o en la actividad microbiocida (test de contacto). Se pueden obtener curvas dosis-respuesta y determinar la concentración mínima inhibitoria (CMI), dosis efectiva mediana (ED50), concentración bactericida mínima o dosis letal mediana (LD50), mediante métodos convencionales o en una plataforma de alto rendimiento con sistemas automáticos de análisis microbiológico.
ENSAYOS DE ACTIVIDAD EX VIVO
Este tipo de ensayos permiten cribar la eficacia de ingredientes activos, cepas microbianas o extractos en condiciones en que el producto, el patógeno y el huésped interactúan en un patosistema altamente controlado. Los compuestos se aplican sobre órganos vegetales separados de la planta (flores, frutos, hojas, raíces) ya sean intactos o donde previamente se han realizado heridas, y posteriormente se inocula el patógeno (planteamiento post infección/curativo). El patógeno también se puede inocular simultáneamente o antes del tratamiento (preventivamente). El material se incuba en cámaras tipo fitotrón bajo condiciones ambientales controladas que permiten el desarrollo de la enfermedad. Hay disponibilidad de varios patógenos a la carta, incluyendo bacterias y hongos, y patógenos aéreos, de raíces o frutos.
PRUEBA DE EFICACIA EN PLANTAS EN MACCETA BAJO CONDICIONES AMBIENTALES CONTROLADAS
La eficacia del control de bactericidas o fungicidas (también nematicidas) se puede evaluar mediante ensayos de infección en una gran variedad de plantas (Prunus, Peral, Manzano, Membrillero, Olivo, Vid, Pimiento, Tomate, Fresón, Arroz, Pistacho…). Para el control de la enfermedad, se pueden aplicar tratamientos en estrategia preventiva (antes de la inoculación de los patógenos), curativa (después de la inoculación del patógenos) o una combinación de ambas estrategias (preventivas + curativas). Los tratamientos se pueden aplicar mediante pulverización, riego o microinyección en el tronco. Las plantas se cultivan en el invernadero (o fitotrón) bajo condiciones controladas de temperatura (día / noche), humedad relativa y fotoperiodo. La intensidad de la enfermedad se determina como incidencia o severidad de las infecciones.